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From Keene Otte, 11 Months ago, written in Plain Text.
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  1. Los derechos de las trabajadoras sexuales es un tema en el cual la comunidad defensora de los derechos humanos se interesa desde hace mucho tiempo. Estos derechos se refieren a la necesidad de respetar e incluir los derechos e intereses de estas trabajadoras. El objetivo de este movimiento es proporcionarles una mejor calidad de vida y una mayor seguridad.
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  3. ¿Qué se entiende por los derechos de las trabajadoras sexuales? Los derechos son los mismos para todos los trabajadores, pero su aplicación es diversa para la de las trabajadoras sexuales. Esto se debe a que, al trabajar en una industria específica, estas mujeres se encuentran expuestas a diversos tipos de explotación. Por ello, los defensores de los derechos humanos han reconocido la necesidad de que estas mujeres tengan un respeto especial para avanzar de manera proactiva y positiva.
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  5. Los derechos de las trabajadoras sexuales incluyen el derecho a la vida, a la igualdad, a un trato justo y digno, a una remuneración justa y al ejercicio de la libertad de expresión. Estas mujeres también tienen derecho a condiciones de trabajo seguras y saludables, así como a una protección contra el fraude, la discriminación y el acoso. Además, tienen derecho a una oportunidad de defenderse a sí mismas y disfrutar de la libertad de contratar a un abogado para su defensa. También se ha establecido el derecho a tener un lugar seguro para vivir y trabajar.
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  7. Para garantizar el cumplimiento de estos derechos, los defensores de los derechos humanos han exigido que los gobiernos creen mecanismos que impidan la explotación y la discriminación de las trabajadoras sexuales. Esto incluye la creación de leyes y programas que protejan las ganancias de estas personas y les permitan ganar ingresos a largo plazo. Además, se han creado agencias especializadas para distribuir fondos y asistencia técnica para ayudar a las trabajadoras sexuales en sus negocios.
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  9. Los defensores de los derechos humanos han exhortado a los gobiernos a garantizar la seguridad de las trabajadoras sexuales y garantizar igualdad para todas. Los defensores de los derechos humanos han creado redes y plataformas para promover los derechos de estas mujeres y facilitar su acceso a los recursos y servicios necesarios para vivir una vida saludable y digna. Los programas educativos también pueden ayudar a las trabajadoras sexuales a comprender mejor sus derechos y avanzar de manera proactiva y positiva.
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  11. Además, los defensores de los derechos humanos han instado a los gobernantes a mejorar las políticas de discriminación y acoso, proporcionar servicios médicos asequibles e inclusivos y mejorar los medios de comunicación para que las trabajadoras sexuales puedan defenderse y expresar sus opiniones sin temor. Estas iniciativas permiten una mayor libertad y seguridad para estas personas al trabajar con una remuneración decente.
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  13. Por último, los defensores de los derechos humanos han abogado por la aceptación de estas mujeres, que fomente la tolerancia y un respeto por los derechos humanos. Esto incluye el derecho a discutir y debatir el tema abierta y libremente sin temor a represalias.
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  15. Además de los derechos mencionados anteriormente, las trabajadoras sexuales también tienen derecho a, otras comodidades para facilitar su trabajo, entre ellas: seguridad sanitaria, seguridad personal, protección de la intimidad y el derecho de establecer el precio de su trabajo. Esto significa que estas mujeres deben tener la oportunidad de decidir el nivel de seguridad que desean, así como el nivel de satisfacción que desean obtener de sus clientes. Las trabajadoras sexuales también merecen ser respetadas en igual medida que cualquier otro trabajador
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  17. En primer lugar, los gobiernos deben cumplir con sus obligaciones de propiciar un trato y remuneración decente para todos los trabajadores. Esto debe incluir el derecho de las mujeres a negociar sus sueldos de manera justa, sin discriminación. A su vez, las trabajadoras sexuales tienen derecho a cobrar ingresos suficientes para cubrir el costo de los servicios sanitarios esenciales y para poder tratar en condiciones de salud satisfactorias. Esto garantiza que las trabajadoras sexuales no se vean obligadas a comprometer su salud y seguridad para mantener sus ingresos.
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  19. En segundo lugar, los gobiernos deben promover el respeto por la dignidad humana y la autonomía de las trabajadoras sexuales. Esto deberían incluir el derecho de prestar servicios sexuales de forma voluntaria y sin la presión de la explotación. La libertad de elegir los clientes y la remuneración justa no deben ser comprometidas. Así mismo, debe garantizarse la protección contra la violencia, los ataques verbales, el acoso moral, el chantaje y la coerción.
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  21. En tercer lugar, el acceso a los servicios sociales debe garantizarse a las trabajadoras sexuales como a cualquier otra persona. Esto incluye el acceso a los servicios de salud y atención médica, al ingreso al sistema educativo, a la vivienda y a la asistencia legal.
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  23. En cuarto lugar, los estados deben promover la aceptación social de las trabajadoras sexuales como parte de la comunidad. El estereotipo negativo de estas mujeres debe desterrarse al promover debates abiertos que permitan el respeto por estas trabajadoras.
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  25. En quinto lugar, los gobiernos deben permitir que las trabajadoras sexuales tengan la oportunidad de explorar otras opciones de trabajo. Es vital que estas mujeres tengan acceso a oportunidades de empleo, formación y educación para mejorar su situación económica y social.
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  27. En sexto lugar, los gobiernos deben establecer políticas que ayuden a prevenir la explotación de las trabajadoras sexuales. Esto incluye la creación de prostitución que castiguen a los explotadores con sanciones severas, así como el desarrollo de programas de formación e información para la prevención de toda forma de explotación. Esto debe ir acompañado de la protección de los derechos de la propiedad intelectual de las trabajadoras sexuales, la prevención de la trata de seres humanos y la garantía de los derechos de las víctimas.
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  29. En séptimo lugar, los gobiernos deben facilitar el acceso de las trabajadoras sexuales a los servicios de atención psicológica. Esto les ayudaría a superar con éxito los problemas y desafíos que enfrentan en su día a día.
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